Lo vivido en estos carnavales que acaban de terminar da muestra de por qué Barranquilla sigue consolidándose como una de las ciudades de mayor crecimiento y desarrollo en el país. Y cuando hablo de crecimiento lo digo desde todo punto de vista (económico, turístico, social y cultural). Tengo que destacar que, pese a algunos episodios de orden público, las riñas este año disminuyeron en un 67%, lo que contribuyó para que las carnestolendas de este 2016 estuvieran impregnadas de organización, puntualidad, pero sobre todo, de un gran trabajo en equipo tal y como lo destaca Carnaval S.A. Sin duda, un carnaval para recordar.
Además de lo anterior, también es importante recordar y resaltar lo siguiente:
- Lo que representa el Carnaval culturalmente hablando. La fiesta del Dios Momo, considerada una de las más grandes e importantes de Colombia, ya no representa sólo la idiosincrasia de un departamento sino de todo un país. Y no es para menos, después de haber sido declarado ‘Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad’ por la UNESCO, y también ‘Patrimonio Cultural de la Nación’, no se puede desconocer los esfuerzos continuos que año tras año realizan sus organizadores para ofrecer cada vez un mejor espectáculo a propios y visitantes convirtiéndolo en un gran atractivo para la ciudad.
- El papel de la reina y su rey momo. ¿Qué los hizo diferente este año? Contrario a las críticas que llovieron en redes sociales sobre nuestra reina Marcela García, supuestamente por no saber bailar, tengo que felicitarla no sólo a ella, sino también a su Rey Momo, porque se sobraron con sus diferentes actuaciones de principio a fin. Para el caso de Marcela, quien se tomó muy en serio esto de hacer un “carnaval diferente”, se le aplauden cosas como: llegar a escribir su propio bando y los homenajes que rindió a Ninfa Barrios, con su disfraz de loca; así como el que hizo, a través de su corona, a Macondo, obra literaria de nuestro recordado nobel Gabriel García Márquez. Por su parte, el papel de Lisandro Polo en las pasadas fiestas también fue vital, su experiencia se vio reflejada en ‘El Gran Desfile del Rey Momo’ donde brilló y tuvo su espacio la música tradicional.
- La magia y originalidad de sus actores. Si algo tienen claro los barranquilleros y atlanticenses es el grado de compromiso de los hacedores del carnaval, personas con un alto sentido de pertenencia por la tradición y quienes se entregan, durante todos los 365 días del año, a ensayar y mejorar sus técnicas para ofrecer, año tras año, un mejor espectáculo. Por eso, celebramos que el Distrito haya duplicado la bolsa de estímulos para los mismos, garantizándoles así su respaldo económico.
- El papel fundamental que juegan los municipios. Si bien Barranquilla es protagonista con su carnaval, considero que se debe resaltar más el aporte que hacen a esta fiesta los diferentes municipios del departamento, que con sus tradicionales eventos le dan vida a la agenda carnavalera como es el caso del Sirenato Departamental de la Cumbia, en Puerto Colombia; el Reinado Intermunicipal, en Santo Tomás; la Gran Parada Folclórica, en Galapa; el Reinado de la Palma Amarga, en Piojó; el Reinado del Millo, en Juan de Acosta y el Festival de Orquestas, en Baranoa, entre otros.
- La economía que gira alrededor de este trascendental evento. En cuanto a este tema son varios los aspectos por destacar, entre ellos el valioso aporte que hace el sector privado, el sector público y el turístico. El año pasado el carnaval llegó a mover 1,7 millones de espectadores y este año tanto el alcalde de la ciudad, así como el Gobernador del Atlántico, destacaron el excelente comportamiento en la actividad hotelera, lo que sin duda generó un gran impacto en la economía barranquillera. Además, otro dato positivo es el incremento en la generación de empleo tanto directo como indirecto.
Por todo lo anteriormente expuesto quiero felicitar, como Congresista de la República, la excelente organización que hubo en este carnaval del 2016 y la invitación es a que sigamos trabajando unidos para seguir preservando este maravilloso legado cultural que es de todos los colombianos.
