voto caribe

A propósito de la conmemoración del Voto Caribe

Han sido ya seis años los que han pasado, luego de que los costeños dijimos si, en las urnas, a una iniciativa que además de tener clara la unión regional, le apostaba a la conformación de una Región como Entidad Territorial (RET).

Y es que lograrlo no fue ni ha sido fácil, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en conjunto, involucrando a la dirigencia política y a los ciudadanos de los ocho departamentos que forman parte de la región; además de los 2.502.726 votos que respaldaron esta propuesta en marzo del 2010, el tema, y lo digo con preocupación, sigue siendo desapercibido para el Gobierno Central, un gobierno que siempre ha contado con el apoyo y el respaldo del Caribe, pero al que gran parte de la región cuestiona por su desinterés y postura clara al respecto.

Ante esto, y después de analizar varios textos, destaco a continuación algunas razones que no permitieron la transcendencia del proyecto ‘Consulta Caribe’:

  • El condicionamiento de creación de las Regiones, sometida a la aprobación  de la Comisión de Ordenamiento Territorial, a la de los ciudadanos de los departamentos interesados mediante la consulta y a la creación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) que, como pudimos constatar, se aprobó 21 años después del nacimiento de la Constitución Nacional, reflejo del poco interés en hacer efectivo lo que exponen sus postulados.

  • La LOOT no asumió como se esperaba, la materialización de la autonomía de las regiones y de los territorios indígenas. De ahí que sea necesario trabajar por llenar el vacío legislativo sobre el funcionamiento efectivo de las regiones y las Entidades Indígenas como sujetos territoriales activos.

  • La precaria voluntad política del órgano ejecutivo y legislativo -para superar el espíritu centralista de Colombia- es sin duda uno de los factores que más influyeron en el fracaso de la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP Región Caribe), por lo que tenemos que seguir trabajando en esto.
  • A pesar de parecer clara la diferencia entre Autonomía e independencia, se percibe la permanente confusión entre estos dos términos a la hora de debatir sobre los modelos regionales.
  • Si bien la iniciativa del Voto Caribe se situó en la agenda nacional como un primer intento para crear ‘Región’, impulsando incluso a las demás a hacerlo, y se reflejó un masivo respaldo electoral, se percibe que no fue más que una expresión popular que, a pesar de que proponía una reforma al modelo de Estado para que le permitiera a la región autogobernarse mediante la autonomía institucional y presupuestal, carecía de elementos de validez jurídica para el gobierno central. Así lo expresó el concepto del Consejo de estado del 2 de Noviembre de 2011.

Concluyo señalando que, el Caribe necesita ser un ente totalmente autónomo, con poder de decisión y actuación en la gestión de los asuntos que le competen y que son de su interés. Como representante a la cámara por el Atlántico, mi invitación es para que todos los congresistas de la región retomemos las banderas de esta iniciativa y la lideremos ante las cámaras a las que pertenecemos para poder cumplir el objetivo para el cual fue creada.

Si pudo lograrlo la Región Administrativa y de Planificación Especial (RAPE Región Central), que comprende los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Tolima y el Distrito Capital ¿por qué nosotros no podemos lograrlo?

Sigamos aunando esfuerzos para que, como región, trabajemos por un proyecto que, así como su texto lo indica  “además de promover el desarrollo económico y social de nuestro territorio dentro del Estado y la Constitución Colombiana” nos permita ser mucho más competitivos. ¡Trabajemos por ello!

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