De un tiempo para acá hemos venido escuchando el termino sororidad, una palabra amplia que hace referencia a la hermandad y el apoyo entre nosotras las mujeres para superar las adversidades y crecer, no sólo en el plano personal, sino también en todos los ámbitos de la vida.
Y es que, en un mes como este, en el que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, no podía pasar por alto escribir sobre nosotras, el papel que hemos venido desempeñando a lo largo del tiempo en los diferentes escenarios de poder, así como la lucha que hemos venido liderando porque aún seguimos siendo víctimas de violencia de género.
En promedio, cinco mujeres víctimas de violencia de género son atendidas a diario según cifras de la Defensoría del Pueblo y, tristemente, en muchas ocasiones la mujer se ve enfrentada a vivir este proceso sola por miedo a denunciar, por miedo a represalias de su agresor, que, en la mayoría de los casos, resulta siendo su propio conyugue o algún familiar.
Como mujeres no podemos permitir que nuestra integridad siga siendo vulnerada. El miedo no puede seguir reinando en nuestras vidas, deteniendo nuestros procesos de transformación y evolución, esos que van alineados a nuestra esencia y a nuestro valor. Hoy día tenemos importantes redes de apoyo que se constituyen en aliadas. Contamos con guía, mentorías y asesorías en el plano psicológico, emocional y espiritual para afrontar estos procesos de la mejor forma. Aquí juega un papel importante la sororidad de la que les hablo porque, en la medida en que seamos solidarias sirviendo desde nuestras profesiones, más oportunidades habrá para ayudar en la prevención de la violencia de género y los feminicidios.
Recientemente, en un encuentro con organizaciones no gubernamentales y defensoras de los derechos de la mujer en el Atlántico, la Procuradora Margarita Cabello se refirió a este tema debido a que, por más esfuerzos que se hacen desde la institucionalidad, las cifras continúan en aumento, y reafirmó que “los asuntos de mujer son un eje prioritario en la institucionalidad y a través de la estrategia Pro Mujeres, Procuraduría por y para las mujeres, se reclama un trabajo activo entre todas las instituciones para la superación de la grave situación de violencia en razón de sexo y género en Colombia”.
Que sea este el momento para que cada una de nosotras, trabajando desde nuestra profesión o para cualquier entidad que aborde los temas de mujer, reafirmemos el compromiso que tenemos con el género femenino, pues el apoyo mutuo y el acompañamiento entre nosotras es indispensable para la erradicación de la violencia en contra nuestra.
