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El río Magdalena como potenciador del turismo fluvial en el país

Los ríos se han venido constituyendo, a lo largo de la historia, en grandes fuentes de progreso que aportan no sólo al componente social de las comunidades, sino también al fortalecimiento de sus culturas y al turismo que emana de estas.

Y es que el turismo, debido a su importancia como categoría principal de exportación, antes de la pandemia, era considerado, según un informe de las Naciones Unidas, como la tercera fuente principal de ingresos de países en desarrollo. No obstante, lo que pudo haberse presentado como una dificultad para este sector, en aquella época representó todo un desafío para su recuperación y, a la fecha, es uno de los sectores que crece con mayor rapidez desempeñando un papel fundamental en las economías y el comercio del mundo.

De ahí el papel que ha venido recobrando el turismo fluvial en diferentes países, una actividad en la que los gobiernos han venido invirtiendo para organizar los ríos y fomentar la actividad turística. Sin embargo, vemos que, en Colombia, un país con tanta riqueza natural y diversidad de flora y fauna, apenas el tema empieza a cobrar fuerza en uno de nuestros principales afluentes, porque, por primera vez en la historia, se está volcando la mirada hacia nuestro río Magdalena.

Que hoy el río Magdalena sea una prioridad para el gobierno y las entidades encargadas de su ordenamiento y manejo integral es un gran avance. Muestra de ello es la confianza que se ha venido generando en el sector portuario y en las entidades territoriales a raíz del eficiente dragado que se realiza en el canal de acceso al Puerto de Barranquilla, logrando mantener un calado operativo de 10 metros para que no haya más buques encallados y garantizando, con esto, el desarrollo de la navegabilidad, mayor transporte de carga y de pasajeros, así como la llegada de grandes embarcaciones al país.

Pero, pese a todos estos avances, aún estamos en deuda con el progreso de las comunidades ribereñas, teniendo en cuenta que el río Magdalena, que tiene una longitud de 1550 km, atraviesa tres grandes cuencas (alta, media y baja) y tiene jurisdicción en 130 municipios y 13 departamentos.

Es por ello que uno de los grandes retos que hoy tenemos es potenciar el turismo fluvial con el firme propósito de llevar empleo y calidad de vida a los habitantes de los municipios ribereños, principalmente a los del departamento del Atlántico, pues, proyectos como el río-bus Karakalí o los cruceros de lujo que navegarán por el río Magdalena a partir del 2024 son apenas el inicio de una oferta turística que debe irse ampliando articuladamente entre el gobierno, los entes territoriales y el sector privado para incrementar el desarrollo económico en estos sectores.

Así mismo, es claro que, para poder tener ese turismo fluvial eficiente a lo largo de la cuenca, también es vital invertir en grandes proyectos para su descontaminación debido a que, entre sus problemas ambientales, están la sedimentación a raíz de la erosión y la deforestación. Además, en proyectos para mejorar las condiciones de vida de los pescadores, en proyectos de muelles flotantes para el zarpe y atraque de los distintos tipos de embarcaciones y en cultura ciudadana y seguridad para el cuidado y uso del mismo.

Como atlanticense me siento orgullosa de las enormes bondades que tiene esta importante arteria fluvial y confío en el papel de los actores del sector para potenciarla. Ver pasar día a día, desde la ventana de mi oficina, diferentes embarcaciones, se ha convertido en un espectáculo increíble en el que el protagonista es un río que nos está llevando a redescubrir nuestra esencia porque además de ser gente de mar también somos gente de río y hoy no sólo Barranquilla y el departamento tienen su mirada puesta en él sino todo el país.

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