El pasado mes de octubre, a través de un informe publicado en el diario El Tiempo, este medio informaba que La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, anunciaba que el Fenómeno de la Niña había vuelto para hacer sentir sus efectos por varios meses.
Y ese anuncio venía en la misma línea de lo que el Ministerio de Ambiente anunció a finales de agosto pasado y que hoy estamos viviendo en el territorio nacional, y es que La Niña provocaría además de fuertes lluvias, también inundaciones, “principalmente en las regiones Caribe y Andina, por el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico tropical”.
Lo cierto es que en las últimas semanas las lluvias han golpeado fuertemente al Departamento del Atlántico, muchas familias de diferentes municipios han visto afectadas sus viviendas y han perdido muchos de sus enseres.
Y ni hablar de lo ocurrido ayer en el municipio de Puerto Colombia, a raíz de las fuertes lluvias. Una persona, muy conocida y querida en el municipio, perdió la vida al ser arrastrado por un arroyo. Además, se presentaron graves inundaciones en barrios de la población que ha dejado, a la fecha, un gran número de damnificados que están siendo atendidos por la alcaldía.
Como Congresista y como atlanticense quiero hacer un llamado especial a todas las entidades del orden nacional, local y departamental para que activen cuanto antes eficientes mecanismos de alerta y prevención.
Hemos reiterado en muchas ocasiones que en el país no existe una real política pública de mitigación del riesgo. Las lluvias van a continuar y es importante prestar oportuna atención, trabajar en equipo y articular esfuerzos para no llegar a implementar acciones cuando la tragedia ya ha ocurrido.
