Como colombiana y como congresista que trabaja por el bienestar de nuestras comunidades tengo que manifestar que rechazo profundamente hechos tan lamentables como el ocurrido el pasado 8 de septiembre y lo que se desencadenó luego de este, situación ya conocida por todos nosotros y que no debe volver a repetirse en la historia de nuestro país.
Las instituciones están establecidas para garantizar el orden, la seguridad de todos y cada uno de los ciudadanos y hay situaciones particulares al interior de las mismas que no pueden generalizar el comportamiento de toda una institución.
Cómo colombianos no podemos desconocer la labor que viene haciendo una institución tan importante como la Policía a lo largo de sus 129 años al servicio de nuestro país, sin embargo, sí considero que la entidad debe fortalecer el trabajo que están haciendo nuestros uniformados en la calle porque lo que vemos es que gran parte de los problemas que se están presentando es a raíz de los malos procedimientos que se están realizando y que están terminando en abuso de autoridad y en vulneración de derechos.
Estos acontecimientos que se han generado y muchos otros que se han presentado con anterioridad deben revisarse y además contemplarse, a futuro, como una oportunidad para que una entidad como la Policía, que queremos por todo lo que representa para nuestra vida y la historia de nuestro país, trabaje por fortalecer estos aspectos. Duele ver como la imagen de la institución y su credibilidad se ha visto afectada, pasó de tener el 75 % de imagen favorable en abril a tener el 40 % en junio de este año. Es importante que se siga fortaleciendo y cualificando el servicio de la Policía cuando se llevan a cabo procedimientos que implican el uso de la fuerza; se deben adoptar los estándares más altos en este aspecto. La confianza con la ciudadanía se debe construir desde el diálogo y el mayor respeto.
En cuanto a la protesta, quiero manifestar que la apoyo, pero apoyo la protesta pacífica como un derecho establecido constitucionalmente, más no el tipo de protesta que lo que genera es más violencia, caos, miedo y cuyos enfrentamientos lo que propician es que haya más muertes y más polarización en el país.
Aquí el llamado no es sólo al Ministerio de Defensa, al Ministerio del Interior o al Director General de la Policía; aquí el llamado también es a los ciudadanos para que trabajemos en equipo y articuladamente en la recuperación de la confianza y en seguir creyendo en la institucionalidad. Agrediéndonos y matándonos no solucionamos en nada la situación pero el diálogo, el respeto, la prudencia y la voluntad de todos si puede hacer la diferencia.
Respetuosamente sugiero que al interior de la policía empiecen a trabajar y a profundizar más en los procesos de formación de los uniformados, principalmente en los que patrullan a diario nuestras calles, así como en los jóvenes bachilleres que ingresan a la institución. El desconocimiento de leyes, así como los malos procedimientos no pueden convertirse en una constante y unos pocos uniformados no pueden llevarse por delante la buena labor que realizan los demás.
