Acaba de finalizar mi segundo año legislativo en el Congreso de la República y aprovecho para dar nuevamente las gracias a Dios y a ustedes los atlanticenses por haberme dado la maravillosa oportunidad de representarlos con altura en la Cámara de Representantes.
Este periodo fue de vital importancia no sólo por las iniciativas legislativas, los debates de Control Político o las gestiones adelantadas para contribuir con el desarrollo y la competitividad del Departamento del Atlántico, sino también porque apoyé, desde mi rol de congresista, los acuerdos históricos de paz que se celebran, con grandes avances, en la Habana (Cuba), y que darán por terminado muy pronto más de 50 años de absurda guerra que tantas lagrimas ha hecho derramar al país.
Lo vivido la semana pasada, donde se firmó el acuerdo de cese al fuego de hostilidades bilaterales y definitivas con la guerrilla de las Farc, llena de esperanzas a una Colombia que, pasada la guerra, su principal apuesta será la educación. Habrá mayor confianza en el país, mayor inversión extranjera, inversión para programas sociales y más recursos para educación, salud y vivienda, que nos permitan superar las brechas de inequidad y pobreza existentes.
Es por ello que desde el legislativo venimos impulsando proyectos de ley que respaldan la gestión del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, que están enfocados principalmente en la educación, la salud y el ambiente.
En cuanto a la educación, como miembro de la Comisión Sexta de Cámara, donde se aborda, además de este tema, transporte, comunicaciones, entre otros, trabajamos articuladamente con la ministra Gina Parody para cumplir el objetivo de tener una Colombia más educada para el 2025.
#ElAtlánticoBienRepresentado
