universidad del atlántico martha villalba

Confiamos en que el diálogo estará por encima de la violencia para solucionar problemas en la UniAtlántico

Pese a que hoy nos alegra que 258 mil estudiantes regresen a cumplir con sus obligaciones académicas en las diferentes instituciones educativas de Barranquilla y el departamento, es lamentable que no ocurra lo mismo con los más de 25 mil estudiantes de la universidad del Atlántico que ven aún en suspenso el retorno a las aulas.

Soy de las que creo que el diálogo, el consenso  y el respeto por los acuerdos son mecanismos acordes para hallar soluciones en una sociedad democrática como la nuestra. Sin embargo, ante un panorama complejo como el que se viene presentando al interior de la universidad, y no desconociendo el papel que han jugado actores importantes para la búsqueda de una solución al respecto, estas salidas no han sido suficientes.

Pretender que una reforma a los estatutos de la universidad se haga sólo con un pequeño sector, sin contemplar la posibilidad de incluir en este proceso a otros representantes del alma mater que también son importantes para aportar en la actualización del mismo, no es para nada democrático.

Ojalá que con la mediación de la iglesia, a través del arzobispo Pablo Salas, se puedan lograr avances. Soy una convencida que la educación es el mejor instrumento para transformar vidas y superar las barreras de desigualdad y hoy unos pocos, que se han tomado la universidad, no le pueden vulnerar ese derecho a toda una comunidad educativa que clama porque se retomen pronto las clases.

Termino este artículo haciendo un llamado a la reflexión para que ojalá, antes de terminar la semana y comenzar un nuevo mes, la universidad abra sus puertas para seguir formando a todos los atlanticenses. Necesitamos más formación y menos agresiones, por lo que confiamos en que el diálogo estará por encima de la violencia.

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