En este mes de diciembre donde debe primar el amor, la paz y la reconciliación entre las familias y los amigos, me es doloroso expresar en estas líneas el sentimiento de tristeza que nos embarga hoy a los colombianos por el reciente caso de abuso sexual en el que perdió la vida una menor de siete años.
Colombia atraviesa sin duda uno de los momentos más difíciles de la historia y lo preocupante del asunto es que los más afectados, en cuanto a violencia sexual, siguen siendo nuestros pequeños cuyos sueños e ilusiones se apagan, en muchos casos, a manos de familiares o personas cercanas a los mismos; así como también por desconocidos.
Casos como el de Yuliana no quisiera que pasaran en ningún rincón del país, como padres sabemos el sentimiento de dolor cuando algo le ocurre a nuestros hijos y ahí es cuando la exigencia es mayor para que los casos no queden impunes, los responsables en libertad o pagando casa por cárcel. La justicia debe ser más severa ante estos procesos que por lo general enlutan a muchas familias colombianas y cuyos daños y perjuicios son difíciles de resarcir.
Según cifras de la Federación Nacional de Personerías de Colombia (Fenalper), el año pasado hubo 21.626 personas que denunciaron haber sido víctimas de violencia sexual, una cifra que se incrementó en comparación a la del 2014 que fue de 12.563 y la del 2013 que es de 11.293. Lo lamentable, de acuerdo con esta entidad, es que el 70 por ciento de los casos que se denuncian son de menores de edad y la mayoría de estos quedan impunes.
Por su parte, el Instituto de Medicina Legal reportó que “durante el 2015 se registraron 22.155 casos de violencia sexual. De ese porcentaje, 19.181 casos, es decir el 86 por ciento, corresponde a menores que han sido víctimas”. De estos, señalan que la mayoría han sido niñas con 16.116 casos y 3065 fueron de niños.
Lo anterior, presenta similitud con lo reportado por La ONU el pasado 26 de octubre de este año. En su informe, la Organización de la Naciones Unidas explica que en el país “21 niñas entre los 10 y 14 años son violadas diariamente, siendo esta población la más afectada por la violencia sexual”.
Ante tan lamentable situación -que se ha venido incrementando al pasar los años- es que he venido respaldando desde el Congreso de la República y el Partido de la U el proyecto ‘por medio del cual se modifica el artículo 34 de la Constitución Política, suprimiendo la prohibición de la pena de prisión perpetua”.
En Colombia no podemos seguir permitiendo casos como el del asesinato de Yuliana, el de los cuatro hermanos de la familia Vanegas Grimaldo, o crímenes contra menores de edad como los cometidos por Luis Alfredo Garavito, entre otros muchos casos trágicos que han sucedido en el país contra nuestros menores.
Nosotros, como congresistas y autores de esta iniciativa contemplamos la modificación del artículo 34 de nuestra Carta Magna para que de manera excepcional se pueda imponer pena de prisión perpetua en los eventos en los que la gravedad del delito lo amerite. Para ello la pena será revisable en los términos y condiciones que establezca la ley.
Consideramos que el derecho debe responder a las necesidades sociales y es evidente que actualmente la sociedad reclama con ahínco una mayor severidad en el trato a los delincuentes de nuestro país, lo que justifica la eliminación de la prohibición de la pena de prisión perpetua.
Estas preocupantes cifras de abuso sexual en contra de la niñez demuestran que esta iniciativa legislativa sería viable. No basta sólo con los esfuerzos que hace el Gobierno Nacional.
#NiUnaMás #NiUnaMenos